Estilos resonantes y disonantes segĂșn Goleman â Boyatzis y Mc Kee
- Carlos DĂaz Lastreto
- 14 sept 2016
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 31 ene 2023

Hace algunos dĂas hablaba en clases de liderazgo resonante y disonante. Alguien me pidiĂł ser mĂĄs especĂfico en los estilos y me acordĂ© como Goleman, Boyatzis y Mc Kee en su libro âEl lĂder resonante crea mĂĄsâ (ver post anterior) plantean la existencia de seis tipos de liderazgo, algunos resonantes y otros disonantes. Señalan que los mejores y mĂĄs eficaces lĂderes son capaces de servirse de las seis modalidades diferentes de liderazgo y saber pasar diestramente de uno a otro en funciĂłn de las circunstancias.
En primer lugar plantean la diferencia entre liderazgo resonante y liderazgo disonante. A continuaciĂłn plantean la existencia de cuatro estilos de liderazgo del primer tipo y dos del segundo tipo.
Liderazgo resonante significa, âun tipo de liderazgo que sintoniza con los sentimientos de las personas y las encauza en una direcciĂłn emocionalmente positivaâ, âal expresar sinceramente sus propios valores y sintonizar con las emociones de las personas que le rodeanâ, este lĂder logra conectarse con sus interlocutores llegando incluso a transformar positivamente los estados de ĂĄnimo. Este liderazgo âes fĂĄcil de advertir en el brillo e interĂ©s que se refleja en el rostro de los empleadosâ. Otro signo es âel optimismo y entusiasmo que exhiben sus subordinadosâ.
En cambio, liderazgo disonante significa que estamos frente a un estilo âque se ha halla tan desconectado de los sentimientos del grupo que moviliza sus emociones negativas y lo sume en una espiral descendente que comienza en la frustraciĂłn y termina el resentimiento, el rencor y la rabiaâ. âCuando el lĂder no sabe empatizar ni interpretar adecuadamente las emociones ajenas regenera disonancia y transmite innecesariamente mensajes perturbadores, en cuyo caso la atenciĂłn del grupo se desvĂa de su misiĂłn y se centra en el malestar colectivoâ, lo que genera alto grado de malestar y disminuciĂłn del rendimiento de los empleados.
Creo que todos hemos tenido experiencias con lĂderes que precisamente despiertan emociones positivas y con otros que se concentran en el temor, en las debilidades y de alguna u otra manera, âsacan lo peor de la genteâ. En estas circunstancias, muchas veces las personas se enfocan en âcuidar la pegaâ y no sufrir mayor daño, esperando con resignaciĂłn que estos lĂderes disonantes se vayan o que les vaya mal, con daño en el clima y en los resultados.
A fin de caracterizar la efectividad de cada estilo de liderazgo señalan la realizaciĂłn de una investigaciĂłn con 3871 ejecutivos, donde, segĂșn ellos, demuestran que, en igualdad de condiciones, los lĂderes que obtienen los mejores resultados son aquellos que utilizan estilos que provocan un efecto emocional positivo.
Revisemos primero los cuatro estilos resonantes:
1.- Liderazgo visionario. Este estilo de liderazgo alienta la resonancia estableciendo un objetivo comĂșn que resulta movilizador para los seguidores para ello âdispone de una imagen clara del objetivo a alcanzarâ y muestra âel lugar preciso que ocupa un determinado trabajoâ proporcionando a los empleados âuna visiĂłn concreta de lo que se espera de ellosâ. AdemĂĄs âla sensaciĂłn de que todos contribuyen al objetivo comĂșn alienta el compromiso del equipo y hace que las personas se sientan orgullosa de pertenecer a la organizaciĂłnâ. A juicio de los autores este estilo de liderazgo logra otra ventaja, cual es, la de impedir la fuga de los buenos empleados, ya que compartir valores, objetivos y misiĂłn tiene un efecto motivador.
2.- Liderazgo coaching. En esta modalidad de liderazgo, el lĂder contribuye a que las personas identifiquen sus fortalezas y debilidades peculiares y las integren en sus aspiraciones personales y profesionales. El lĂder ayuda a los empleados a determinar los objetivos a largo plazo de su proceso de desarrollo y a esbozar un plan para alcanzarlos. TambiĂ©n âdelega responsabilidades y determina objetivos que vayan mĂĄs allĂĄ de las tareas a realizar y estimulen el desarrollo y superaciĂłn personal del empleado, superaciĂłn personal que tiene un efecto positivo en el estado de ĂĄnimo al invitar a superar limitaciones.
3.- Liderazgo afiliativo. Se trata de un estilo de liderazgo interesado en âalentar la armonĂa y promover la amistad, estableciendo relaciones con sus empleadosâ. Este lĂder tiene en cuenta los periodos de reposo del ciclo de una organizaciĂłn, âlo cual le proporciona el tiempo necesario para atesorar un capital emocional al que acudir cuando la ocasiĂłn lo requiereâ. Este estilo se centra por igual en los objetivos y en las necesidades emociones les de los empleados, por ello se asienta fuertemente en la empatĂa.
4.- Liderazgo democrĂĄtico. Muchas veces el lĂder no sabe bien la direcciĂłn a seguir y necesita recabar las propuestas de los empleados mĂĄs capaces. âMuchas veces el lĂder tiene una visiĂłn clara y el estilo democrĂĄtico le ayuda a poner de relieve las ideas necesarias para ponerla en marchaâ. Para que ello ocurra debe tener disposiciĂłn a escuchar tanto las buenas como las malas noticias.
Los estilos resonantes me recuerdan de alguna u otra manera los estilos de liderazgo transformacional propuestos por Bass y Avolio, quienes distinguen los estilos inspirador, estimulador intelectual, de consideraciĂłn individualizada e influencia idealizada. Si bien no son lo mismo, se enfocan en coordinar resultados y relaciĂłn, de un modo que las personas se sientan comprometidas y valoradas.
A continuaciĂłn los dos estilos disonantes, los que los autores citados proponen utilizar con cautela.
1.- Estilo timonel. Se enfoca en alentar y ejemplificar niveles elevados de rendimientos. Este lĂder âtiene una obsesiĂłn por hacer las cosas mejor y mĂĄs rĂĄpidamente lo lleva a pretender que todo el mundo haga lo mismo con lo cual detecta con facilidad a los trabajadores menos productivos, exige mĂĄs de ellos y, en el caso que no estĂ©n a la altura de las circunstancias se apresta a resolver personalmente los problemasâ. Por ello puede acabar degenerando en opresiĂłn, sobre todo cuando no expresa con claridad sus directrices ya que a partir de ello, sus subordinados tienen que adivinar sus deseos, decayendo la moral en picada. A ello debe agregarse que, âson muchas las ocasiones en que estos lĂderes estĂĄn tan absortos en sus objetivos que se desentienden de las personas que deberĂan ayudarles a alcanzarlos, una situaciĂłn que, evidentemente, termina provocando una gran disonancia.
2.- Estilo autoritario o coercitivo. âEste tipo de lĂderes se atiene al lema ÂĄhazlo porque lo digo yo! Y exige que sus subordinados acaten incondicionalmente sus Ăłrdenes sin molestarse en explicar las razones y, en caso de no hacerlo, no duda en recurrir a las amenazas. No suelen delegar su autoridad sino que tratan de controlarlo y supervisarlo escrupulosamente todoâ. Por ello, la retroalimentaciĂłn que otorgan, si es que ella ocurre, se centra exclusivamente en lo que se ha hecho mal con lo que alienta la disonancia.
Estos dos estilos de liderazgo disonante aĂșn son abundantes en el mundo organizacional. El estilo timonel puede tener un sesgo un poco mĂĄs positivo que el autoritario, en tĂ©rminos que el fuerte entusiasmo de un lĂder asĂ, esconde lo desconectado de las personas. En cambio el estilo autoritario, de mala fama en la actualidad, se esconde a veces bajo un autoritarismo educado pero poco considerado igual de las personas.
Encuentro valiosa la idea de flexibilidad que proponen los autores del modelo, similar al enfoque del liderazgo situacional, que el lĂder debe utilizar diferentes estilos acorde a las circunstancias.
Uno de los temas que siempre me preocupa de este modelo y de la mayor parte de los modelos de liderazgo es que no distinguen entre liderazgo en general y liderazgo como direcciĂłn en las organizaciones, haciendo sinĂłnimos liderazgo y jefatura (gerencia, supervisiĂłn u otros similares), como si no hubiere alguna diferencia entre ambos fenĂłmenos. Creo que en la prĂĄctica son dos mundos muy distintos y, en el mundo organizacional, debiĂ©ramos enfocarnos en como la jefatura desarrolla âhabilidades de liderazgoâ, ya sea por entrenamiento, coaching, modelamiento u otras tĂ©cnicas de trabajo.
Recientemente leĂa un artĂculo donde alguien decĂa algo asĂ como, las empresas gastan muchos recursos en reclutamiento (avisos, head hunters, bĂșsqueda on line) y luego en selecciĂłn (entrevistas, simulaciones, demostraciones) y luego de contratar dejan a los nuevos llegados con jefes poco competentes, autoritarios, desanimados, en definitiva, con bajas habilidades de liderazgo, lo que significa que mucha gente se va al poco tiempo o âse desanimaâ y deja de hacer contribuciones valiosas. Creo que hay mucho de cierto en ello.