Aprendizaje organizacional y capacitación. ¿En qué estamos?
- Carlos DĆaz Lastreto
- 1 dic 2019
- 9 Min. de lectura

Las organizaciones gastan muchas veces importantes sumas en procesos de capacitación los que no necesariamente se traducen en mejoras de desempeño o de resultados. A veces se produce aprendizaje individual pero no se produce aprendizaje organizacional. Y si bien el aprendizaje individual es fundamental para el propio desarrollo de carrera de quien aprende y el aporte que este pueda realizar a la organización lo crucial es que esos aprendizajes se traduzcan en capacidades organizacionales, que la organización sepa hacer algo que otras no saben o sepa hacer algo mejor que otras.
En este artĆculo nos moveremos entonces desde algunas ideas relacionadas con la importancia del aprendizaje organizacional, para luego caracterizar el aprendizaje y culminar con el proceso de RRHH llamado capacitación o entrenamiento.
Arie de Geus estudia las organizaciones longevas, aquellas que han permanecido largos aƱos, como Shell donde trabajaba el mismo autor. Luego de identificar estas empresas, estudian los factores comunes que las caracterizaban, entre los que destacan sensibilidad al entorno, sentido de identidad, tolerancia y conservadurismo financiero.
De Geus reflexiona a partir de estas ideas acerca de la importancia del aprendizaje organizacional. BasĆ”ndose en algunas ideas de Piaget sobre adaptación y acomodación propone que: āuna compaƱĆa debe ver claramente que es lo que sucede en su entornoā de manera de āhacer cambios fundamentales y continuos en las estructuras internasā.
El aprendizaje no sólo ocurre en los individuos también ocurre en la organización en la medida que esta percibe el entorno y cambia sus comportamientos para ajustarse mejor a este entorno. Para que se produzca aprendizaje se requieren conversaciones que avancen por cuatro etapas. Ello se diagrama en el siguiente esquema:

Dice de Geus, āla Ćŗnica ventaja sostenible en el tiempo es la capacidad de la organización para aprender constantementeā.
Peter Senge toma varias de las ideas expuestas por De Geus y Argirys y publica su clĆ”sico trabajo āLa quinta disciplinaā donde expone el concepto de organización inteligente y las cinco disciplinas del aprendizaje organizacional.
Utiliza el tĆ©rmino āorganización inteligenteā para describir a una organización donde la gente expande continuamente su aptitud para crear los resultados que desea, donde se cultivan nuevos y expansivos patrones de pensamiento, donde la aspiración colectiva queda en libertad y donde la gente continuamente aprende a aprender en conjuntoā.
La organización inteligente se basa en cinco disciplinas: pensamiento sistĆ©mico, dominio personal, modelos mentales, construcción de una visión compartida y aprendizaje en equipo. Dice Senge que es vital que las cinco disciplinas se desarrollen como un conjunto, lo que es un desafĆo ya que es mĆ”s difĆcil integrar herramientas nuevas que aplicarlas por separado, por eso que el pensamiento sistĆ©mico es la āquinta disciplinaā ya que integra las demĆ”s, fusionĆ”ndolas en un cuerpo coherente de teorĆa y prĆ”ctica.
De acuerdo a esto entonces quisiera enfatizar la idea que las personas aprenden y ello tiene beneficio para sà mismas, su capital humano, sus carreras. Lo importante del aprendizaje de las personas en la organización no es únicamente la dimensión individual del aprendizaje sino que como este contribuye a generar organizaciones mÔs Ôgiles, mÔs innovadoras, mÔs eficientes, mÔs comprometidas o cualquier otra dimensión, es decir, como contribuye en lenguaje de Senge organizaciones mÔs inteligentes.
¿Qué es el aprendizaje?
Hay muchĆsimos trabajos sobre este tema. Me gustarĆa citar a Cesar Grinstein quien en su libro āConversarā propone que el aprendizaje es āexpansión de la capacidad de acción efectivaā y luego agrega āpermanente en el tiempoā, definición que se centra mĆ”s en el saber cómo que en el saber que, como ha sido tradicionalmente considerado en la educación. En este sentido la definición de aprendizaje se acerca a las definiciones de competencia mĆ”s que de mera calificación.
Decimos que alguien ha aprendido algo cuando es capaz de hacer (con cierta permanencia en el tiempo) algo en un dominio que antes era incapaz de hacerlo.
Todo aprendizaje tiene pasos y secuencias. Grinstein propone las siguientes:
Paso 1: Construir una visión.
Paso 2: Aceptar la brecha de competencia que existe entre la visión y la realidad.
Paso 3: Efectuar una declaración de incompetencia.
Paso 4: Tomar un compromiso con el aprendizaje.
De manera complementaria a Grinstein Rafael EcheverrĆa y Julio Olalla, maestros del coaching ontológico proponen otros pasos para aprender:
Paso 1: Estableciendo un marco para el aprendizaje.
Paso 2: Mostrar el dominio de acción.
Paso 3: Introducir las distinciones que constituyen el nuevo dominio de acción.
Paso 4: Introducir nuevas acciones basadas en las nuevas distinciones.
Paso 5: PrÔctica y corporalización.
Este Ćŗltimo paso me recuerda lo que propone Malcom Gladwell quien propone el concepto de las 10.000 horas para que alguien desarrolle maestrĆa en algĆŗn campo. TambiĆ©n me recuerda a un coach argentino que tuve la oportunidad de escuchar, quien ademĆ”s era mago y sostenĆa que para que algo parezca magia debe practicarse 800 veces. Podemos discutir si son 10 mil horas u 800 veces, lo que estĆ” claro es que āla prĆ”ctica hace al maestroā.
La competencia no es todo o nada, existen niveles de destreza, algunas personas son mÔs diestras o hÔbiles que otras. Me gusta la distinción que propone Fernando Flores para caracterizar los niveles de competencia en un determinado campo.
Principiante: Comienza a desarrollar una habilidad siguiendo las reglas dadas por un instructor. Estas reglas se corresponden con caracterĆsticas del medio que permiten desarrollar las acciones adecuadas. El principiante no puede anticipar cómo actuar en situaciones donde no existan las reglas que ha memorizado.
Principiante Avanzado: Es una persona que comienza a actuar en un nuevo dominio bajo supervisión. No confĆa en sĆ mismo para actuar independientemente. Se apoya en las orientaciones y supervisión dadas por una persona competente que estĆ” dispuesta a contestar preguntas y a detectar problemas. Aprende a diagnosticar sĆntomas, caracterĆsticas de la situación que no son fĆ”cilmente captadas por las reglas, pero que son indicadores importantes para el futuro.
Competente: Es alguien que puede realizar su trabajo independientemente, que puede anticipar y manejar problemas por sĆ misma. Normalmente, trabaja sin deliberar mucho sobre que hay que hacer y no necesita seguir reglas o instrucciones. Se desenvuelve bien bajo las prĆ”cticas estĆ”ndares de su dominio de habilidades. Muestra lo que se llama āsabidurĆa prĆ”cticaā.
Experto: No sólo realiza las prĆ”cticas estĆ”ndares de un dominio con Ć©xito, sino que se toma por garantizado ese nivel de desempeƱo. Otra gente lo reconoce como un experto en la materia. Produce resultados consistentemente superiores a los de los demĆ”s y se cataloga como āexcelenteā. Reconoce aspectos situacionales, complejos que permite dividir situaciones en clases, cada una con su propia estrategia para llegar a buen tĆ©rmino.
Virtuoso: Persona que no sólo ejecuta su trabajo con excelencia sino que tambiĆ©n aumenta la efectividad de aquellos que le rodean. Responde a situaciones estĆ”ndares y a hechos inesperados sin deliberación, reglas o instrucciones. Es sensible a la situación. Se mueve dentro de una tradición de innovación, de ejecutantes competentes que cambian la prĆ”ctica como respuesta a nuevos desafĆos.
Maestro: Persona de excelencia histórica. Participa en la invención histórica del dominio donde actúa. Puede producir innovaciones radicales en las prÔcticas estÔndares del dominio, en las acciones habituales que los participantes en el dominio realizan, en la forma en que la realizan y en los resultados que producen.
Las personas que se desempeƱan en una organización estĆ”n siempre aprendiendo, ya sea de manera formal o informal, ya que aprender ademĆ”s de ser una caracterĆstica propia de la condición humana es lo que les permite adaptarse al lugar de trabajo. Algunos aprendizajes servirĆ”n para el logro de resultados organizacionales, otros posiblemente o no contribuyan o incluso vayan contra los objetivos organizacionales.
Se tiene la idea que la empresa debiera emular la escuela o el colegio como lugar de aprendizaje, lo que deja fuera algunos contextos de aprendizaje que tienen lugar en cualquier organización.
Ernesto Gore distingue tres contextos de aprendizaje dentro de la organización, tres espacios distintos de oferta de aprendizaje: el formal, el no formal y el informal, cada uno de los cuales tiene dinÔmicas propias.
Sin olvidar entonces que en cualquier organización se dan enormes espacios de aprendizaje informal y no formal, el Ôrea de capacitación de cualquier empresa se hace cargo de actividades formales de entrenamiento. Generalmente pensamos en cursos, sin embargo, la capacitación formal puede ser mucho mÔs que cursos en la empresa.
El mismo Ernesto Gore en otro trabajo, plantea que capacitación no es instalar una escuela en la empresa ya que existen al menos dos diferencias entre un proceso de formación en la escuela y uno de formación en el trabajo.
La primera es que esta Ćŗltima necesita modificar prĆ”cticas que se ejercitan en una organización en particular por lo que las actividades de capacitación en la empresa no son solo educación o entrenamiento sino que son āformas de intervenciónā. Dice āinstalar o cambiar prĆ”cticas en el lugar de trabajo implica no solamente generar o construir nuevas habilidades, requiere tambiĆ©n modificar los contextos que mantienen y alimentan las prĆ”cticas existentes, porque todo lo que se hace en una organización estĆ” sujeto a cierta coordinación entre personas y al seguimiento de pautas y expectativas recĆprocas preestablecidasā.
Una segunda diferencia entre los procesos de formación en la escuela y la capacitación en la empresa es que en la primera suelen enseƱarse cosas que ya se saben aunque no las sepan los alumnos aĆŗn, mientras que en la segunda es frecuente que buena parte de los contenidos sean a un tiempo insumo y producto de la capacitación. Esto implicarĆ” descubrir cómo enseƱar un tema determinado de acuerdo a las caracterĆsticas de la gente de la empresa y de su propia cultura. Por ello, muchas veces lo que las personas son capaces de hacer en una sala de clases despuĆ©s no pueden hacerlo en su lugar de trabajo.
A partir de esta distinción propone Ernesto Gore una matriz para diferenciar cuatro tipos de actividades de capacitación: curso, taller, sensibilización y construcción de equipos.
A partir de la distinción propuesta debe entenderse que cuando hablamos de ācapacitaciónā no sólo hay que referirse a cursos que enseƱan a hacer algo en un ambiente inespecĆfico, tambiĆ©n debe usarse para describir intentos deliberados de generar capacidades organizativas, es decir, procesos que buscan que la organización pueda hacer cosas que antes no podĆa llevar a cabo.
Diagnosticar necesidades de capacitación en una empresa deja de ser un ejercicio de preguntarle a la gente que cursos quiere hacer este año para preguntarles a los mismos colaboradores o a sus jefaturas que necesitan aprender para desempeñar mejor su cargo, para superar las brechas que se hayan encontrado al efectuar prÔcticas de retroalimentación o que requieren aprender para aprovechar las oportunidades estratégicas que la organización enfrenta.
Muchas veces se le pregunta a los mismos colaboradores āque les gustarĆa aprenderā, incluso usando bonitas encuestas. Dicha pregunta puede dar una buena lista de cursos que no sirven para nada a la organización y que sólo la llevan a gastar mal sus recursos.
Diagnosticar necesidades tambiĆ©n significa aprender a pedirles a los proveedores de capacitación actividades especĆficas y bien diseƱadas mĆ”s que dejarse seducir por las ofertas de cursos que ofrecen estas empresas y que muchas veces a la organización no le sirven para nada.
También significa efectuar un diseño que se haga cargo del aprendizaje adulto, que no es igual que el aprendizaje de los niños o el de los jóvenes en la Universidad, que debe combinar actividades prÔcticas con presentación de distinciones, donde al final mÔs allÔ de lo entretenido o aburrido que puedan ser, importa la transferencia que generen a los puestos de trabajo reales donde las personas se desempeñan.
Creo que en general las actividades de capacitación deben arrancarse de dos extremos, la actividad prĆ”ctica ā motivacional por un lado y la clase magistral por el otro. En el primer caso, para efectos de hacer algo entretenido se lleva a la gente outdoor, se tiran en balsa, saltan en paracaĆdas, bailan tango o cualquier otra actividad de alto impacto. Muchas personas se incomodan con estas actividades y con razón ya que se preguntan quĆ© tiene que ver tirarse en balsa por un rĆo con mi trabajo de analista de cuentas o con mi trabajo de vendedor tĆ©cnico. La respuesta suele ser alguna obviedad del tipo āaprender a trabajar en equipoā. Algunos lo pasan bien (no todos, hay gente que se incomoda mucho) pero no queda muy claro que nada de lo vivido se transfiera al puesto de trabajo pasada la actividad.
Una variación de la anterior es la charla motivacional con un āspeakerā que subió una montaƱa, que nadó con tiburones o que vivió algo excepcional. MĆ”s allĆ” de la risa y el asombro no produce efecto en el dĆa a dĆa.
Y, el segundo caso es la clase magistral, tipo clase universitaria, donde para darle un aire docto se presentan trasparencias, el relator expone conceptos y divaga sobre teorĆas. La gente se aburre y se pregunta por el costo de oportunidad de estar ahĆ en vez de estar atendiendo su puesto de trabajo.
Un buen equilibrio entre prÔctica y distinciones conceptuales, con un buen uso del tiempo es para mà la regla general.
Kirkpatrick propuso hace muchĆsimos aƱos una clasificación de la evaluación de las actividades de capacitación que contempla cuatro niveles. SegĆŗn este mismo autor, ellos son:
Nivel 1 - Reacción: El grado en que los participantes encuentran a la capacitación favorable, atractiva y relevante para sus trabajos.
Nivel 2 - Aprendizaje: El grado en que los participantes adquieren el conocimiento objetivo, las habilidades, la actitud, la confianza y el compromiso basados en su participación en el entrenamiento.
Nivel 3 ā Transferencia: El grado en el que los participantes aplican lo aprendido durante la capacitación cuando estĆ”n de regreso en sus posiciones de trabajo.
Nivel 4 ā Resultados: El grado en el que se producen los resultados esperados del programa y estos contribuyen al resultado mĆ”s alto de la organización.
A mi entender el que sirve para poder pensar en aprendizaje organizacional es el nivel 3, el nivel de la transferencia. Si se realiza cualquier actividad que solo genera una reacción positiva o incluso genera aprendizaje para el participante pero no genera transferencia no tiene impacto organizacional.